Toca el piano borracho como un instrumento de percusión hasta que los dedos te empiecen a sangrar un poco

Toca el piano borracho como un instrumento de percusión hasta que los dedos te empiecen a sangrar un poco by Charles Bukowski Page A

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Authors: Charles Bukowski
Tags: Poesía
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algunos de estos poemas: Blitz, The Goodly Company, Hearse, Midwest, Ontario Review, The Other, Target and Wormwood Review . Gracias también a Capra Press que publicó algunos de estos poemas en un librito titulado Fire Station .

a Linda Lee, la mejor

esperando
    en una vida llena de pequeñas historias
    la llegada de la muerte

dura compañía
    poemas como pistoleros
    se sientan allí y
    hacen agujeros en mis ventanas
    mastican mi papel higiénico
    leen los resultados de las carreras
    descuelgan el teléfono.
    poemas como pistoleros
    me preguntan
    a qué demonios juego,
    y si
    me gustaría
    acabar con un disparo.
    tranquilo, digo
    la carrera no es
    para el rápido.
    el poema sentado al
    extremo sur del sofá
    dibuja
    y dice
    ¡al diablo con esto!
    tranquilo, compañero, tengo
    planes para
    ti.
    ¿planes, eh? ¿Qué
    planes?
    El New Yorker ,
    amigo.
    entonces pone su hierro
    lejos.
    el poema sentado en la
    silla al lado de la puerta
    se estira
    me mira:
    sabes, panzón, has
    estado muy lento
    últimamente
    a la mierda,
    digo,
    ¿quién es el que juega
    este juego?
    todos corremos
    esta carrera dicen
    los pistoleros
    dibujando hierro:
    consíguelo
    así que
    aquí
    estás:
    este poema
    era el que
    estaba en
    lo alto del
    refrigerador
    destapando
    cervezas.
    y ahora
    lo tengo
    fuera del camino
    y todos los demás
    sentados por allí apuntando
    sus armas hacia mí
    diciendo:
    ¡soy el próximo, soy el próximo, soy
    el próximo!
    supongo que cuando muera
    los que queden
    saltarán sobre otro
    pobre
    hijo de puta.

24‐12‐78
    chupo de esta cerveza
    en mi cocina
    y pienso en
    limpiarme las uñas
    y afeitarme
    mientras escucho
    música clásica
    en la estación de radio.
    ponen música
    festiva.
    prefiero escuchar música
    navideña en julio
    mientras una mujer
    me amenaza
    de muerte.
    ahí es
    cuando la necesito.
    ahí es
    cuando necesito
    a Bing Crosby y los
    duendes y
    algún reno
    veloz.
    ahora me siento aquí
    a escuchar esto de
    moda —es como un
    dulce—
    preferiría jugar
    ping‐pong con
    el fantasma en pena
    de Hitler.
    los borrachos aficionados chocan sus coloridos
    autos unos contra otros
    las ambulancias se cantan unas a otras
    afuera.

un ideal
    Waxmans, dijo,
    el hombre se moría de hambre antes,
    ahora todas las constructoras lo
    desean;
    ha trabajado en París en Londres e
    incluso en África,
    tiene su propio
    concepto del
    diseño…
    ¡qué jodido!, dije,
    ¿un arquitecto muerto de hambre,
    eh?
    si, sí, se moría de hambre y también su
    esposa y sus hijos
    pero él era fiel a
    sus ideales.
    ¿un arquitecto muerto de hambre,
    eh?
    sí, pero finalmente lo logró,
    lo vi el miércoles pasado junto
    a su esposa, los Waxmans…
    ¿te gustaría
    conocerlos?
    dile, le dije, que se meta 3 dedos en
    el culo
    y los agite.
    siempre eres tan desagradable, dijo ella
    arrojando su vaso
    con escoses y
    agua.
    sí, dije, en honor
    de los muertos.

pisando madera
    hay 4 ó 5 tipos en el
    bar del hipódromo.
    hay un espejo detrás del
    bar.
    los reflejos no son
    buenos.
    de ninguno de los 4 ó 5 tipos de la
    barra.
    hay muchas botellas.
    pedimos diferentes tragos.
    hay un espejo detrás del
    bar.
    los reflejos no son
    buenos.
    ʺno se requieren sesos para ganar
    en los caballos, sólo se requiere dinero
    y estómagoʺ.
    nuestros reflejos no son
    buenos.
    las nubes afuera.
    el sol afuera.
    los caballos calentando afuera.
    permanecemos en el
    bar.
    ʺhe apostado a las carreras por
    40 años y sigo sin
    ganarʺ.
    ʺpodría apostarle a los caballos por otros
    40 años y seguiría sin
    ganarʺ.
    al barman no le
    gustamos,
    el timbre de los 5 minutos
    suena.
    acabamos nuestras bebidas y
    nos dirigimos a hacer nuestras
    apuestas.
    nuestros reflejos lucen mejor
    mientras caminamos:
    no se ven nuestros
    rostros.
    4 ó 5 tipos salen del bar del
    hipódromo.
    qué mierda. nadie
    gana. pregúntale al
    César.

las almas de animales muertos
    después del matadero
    doblando la esquina, había
    una cantina
    donde me sentaba y veía caer

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