Los cañones del atardecer by Rick Atkinson Page B

mayor envergadura de toda la guerra.
    A finales de septiembre de 1944, la otrora hermosa ciudad holandesa de Nimega había quedado reducida a un montón de escombros, aunque sobre el río Waal seguía en pie el puente que conducía a Arnhem, localidad situada más al norte, a apenas veinte kilómetros de distancia.
    Soldados de la 1. a división de infantería estadounidense en pleno combate en el centro de Aquisgrán el 17 de octubre de 1944, esto es, unos cuantos días antes de la capitulación definitiva de los defensores alemanes.
    El capitán Joseph T. Dawson soportó con valentía los contraataques alemanes en Aquisgrán. «Estos tristes, trágicos meses de terrible guerra lo dejan a uno moral y físicamente agotado», escribió a su familia. En esta fotografía aparece Dawson recibiendo de Eisenhower la Cruz por Servicio Distinguido por sus gestas en la playa Omaha.
    Fusileros del 110. o regimiento de infantería de la 28. a división avanzan sigilosamente por el bosque de Hürtgen, cerca de Vossenack, a comienzos de noviembre. «Los días eran tan terribles que rezaba para que llegara la noche», recordaría un soldado, «y las noches eran tan malas que rezaba para que amaneciera otra vez».
    Eisenhower habla con el general de división Norman D. Cota sobre la batalla del bosque de Hürtgen en el puesto de mando de la 28. a división en Rott. «Bueno, Dutch, parece que te han dado una buena paliza», dijo el comandante supremo.
    Operación Queen. Los tanques Sherman se abren paso hacia el este el 16 de noviembre. Después de más de tres semanas, el avance se detuvo, tras alcanzarse la margen izquierda del río Roer, pero sin llegar al Rin, frustrando las expectativas de los comandantes americanos.
    El alto mando contempla una campaña de invierno en el norte de Europa. A la conferencia celebrada a mediados de noviembre en Reims, en el cuartel general avanzado del comandante supremo, asistieron, de izquierda a derecha, el mariscal de campo sir Alan Brooke, jefe del Estado Mayor imperial, Eisenhower y el primer ministro británico, Winston S. Churchill.
    El cuerpo de un muchacho ardiendo tras la explosión de un cohete V-2 en el centro de Amberes a finales de noviembre de 1944. Los equipos de lanzamiento alemanes arrojaron sobre Amberes más de 1700 V -2 durante un período de seis meses, además de unas 4200 bombas volantes V-1.
    Una mujer francesa da la bienvenida a un soldado americano el 25 de noviembre, dos días después de que las tropas francesas y estadounidenses liberasen Estrasburgo, capital de Alsacia.
    Dos GI de la 9. a división de infantería se cobijan debajo de un tanque Sherman el 11 de diciembre en la derruida ciudad alemana de Geich, cerca de Düren.
    En un cruce belga a primeras horas de la batalla del Saliente. Soldados alemanes despojan de sus botas y pertrechos a tres GI muertos. Después de que las tropas estadounidenses tomasen esta fotografía, un censor del ejército eliminó la señal de carretera que indicaba la dirección hacia Büllingen y otras señalizaciones.
    Soldados alemanes capturados fuman cigarrillos americanos frente a un carro blindado estadounidense, el segundo día de la Operación Herbstnebel, el ataque a través de Bélgica y Luxemburgo.
    El general Hasso von Manteuffel estaba al mando del V Ejército Panzer en la batalla del Saliente. Un elfo veterano de campañas en Rusia y África, que fue descrito por un superior como «un líder temerario, osado y gallardo».
    El general Sepp Dietrich, el antaño aprendiz de carnicero y matón de cervecería, estaba al mando del VI Ejército Panzer. Aquí aparece en una celda de la prisión de Núremberg mientras aguarda ser juzgado por crímenes de guerra a finales de 1945.
    El teniente coronel Joachim Peiper dirigió una vanguardia de seis mil tropas SS a través de Bélgica en un vano esfuerzo por tomar los cruces del río Mosa. Tras ser acusado de asesinato en masa, fue condenado a muerte, aunque más tarde la sentencia fue